Vallado en finca rústica: características, diferencias con el vallado de obra y normativa

Tabla de Contenidos

  1. Características del vallado de finca rústica
  2. Diferencias entre vallado de finca rústica y vallado de obra
  3. ¿Qué normativas debemos seguir?
  4. Conclusiones

Al acabar de adquirir una finca rústica es normal empezar a plantearse poner un vallado. Quieres proteger y delimitar tu propiedad. Pero, ¿Por dónde empezar? ¿Cómo es un vallado de finca rústica? Y ¿Qué normativa han de cumplir estos tipos de vallados?  En esta entrada de nuestro blog analizamos que es un vallado en finca rústica, qué características tiene, sus diferencias con un vallado de obra y que normativa hay que seguir para no que no recaiga ninguna multa sobre nuestra propiedad.

Características del vallado de finca rústica

Los principales objetivos de un vallado de finca rústica son: definir los límites de tu propiedad y el de proteger la finca contra posibles intrusos, ya se traten de personas, animales o vehículos.

Aunque también pueden tener otros objetivos añadidos, como el de mantener dentro de una finca ganadera a los animales o delimitar una zona en la que puedan pastar sin peligro.

Vaca tras un vallado rústico de madera.

La estética es una característica importante a la hora de construir un vallado rústico. Normalmente, este tipo de cercado es fundamental que se integre con la naturaleza y respete el paisaje que lo envuelve.  Un punto muy relevante para que se cumpla esta característica es el tipo de materia que se emplea para su construcción.

Materiales

Madera tratada: Ideal para conseguir un acabado rústico similar al de los ranchos americanos. Es un material ligero que se integra perfectamente con la naturaleza. Uno de sus principales inconvenientes es que requiere de un mantenimiento asiduo.

Valla de metal galvanizado o de torsión: Vallado con buena resistencia, poco mantenimiento y una solución económica. Suele ser usado en fincas ganaderas. Tiene el inconveniente de ser un tipo de cercado que se integra con sus alrededores de forma muy pobre. Si estás pensando en esta solución, te recomendamos echarle un vistazo a nuestras vallas y cerramientos de obra.

Piedra seca o mampostería: Tradicional en muchas zonas rurales, especialmente en fincas antiguas o de valor histórico. Sus principales inconvenientes es que suele requerir mucho tiempo para su construcción y se trata de una solución menos económica comparada con las anteriores.

Tres tipos de vallado rústico, vallado de madera, vallado de malla metálica y vallado de mampostería

Altura y Longitud

Normalmente, la altura de los vallados en una finca rústica se encuentra entre 0,80 y 2 metros, siempre y cuando la normativa local no dictamine otras medidas diferentes. En el caso de la longitud, todo dependerá del tamaño de la finca y los límites a proteger.

Estas son los puntos, físicos, más importantes a la hora de construir un vallado de finca rústica, pero, ¿qué lo diferencia de un vallado de obra?

Diferencias entre vallado de finca rústica y vallado de obra

Las diferencias entre un vallado de una finca rústica y un vallado de obra están relacionadas con su propósito, diseño, materiales y duración. Aquí, seguido, extendemos estos puntos para que tengas bien claro sus diferencias más notorias.

Propósito

Como ya hemos explicado con anterioridad, los principales propósitos para construir un vallado de finca rústica son, delimitar una propiedad rural, proteger cultivos, animales o bienes, y prevenir intrusiones, manteniendo la seguridad del sitio.

En cambio, un cercado de obra está diseñado para garantizar la seguridad en el entorno de una construcción, evitar el acceso no autorizado y cumplir con las normativas de seguridad en obras, protegiendo no solo a los trabajadores sino también a los transeúntes que circulen cerca del lugar en construcción.

Materiales

En el caso de los vallados rústicos se utiliza materiales duraderos y estéticos que se integren con el entorno, como: madera tratada, mallas metálicas (por ejemplo, tipo simple torsión) o muros de piedra o mampostería.

En el caso de los cerramientos de obra, se trata de elementos temporales que requieren materiales, duraderos, resistentes, reutilizables y económicos. Estamos hablando de materiales como mallas galvanizadas o cercados metálicos modulares. Aunque dependiendo del tamaño de la obra pueden tratarse de simples vallas de plástico.

Cercado de obra hecho de malla metálica de simple torsión

Diseño

Finca rústica: Suele ser más discreto y armonioso con el paisaje. Puede incluir puertas, cercos bajos o cercados altos según las necesidades.

Obra: Estructura básica con altura suficiente (normalmente 2 metros o más) para cumplir con las normativas de seguridad y bloquear la vista o el acceso.

Duración

Finca rústica: Construcción a largo plazo y/o permanente.

Obra: Elemento temporal, se desmonta una vez finalizada la reforma o construcción.

Ahora que sabemos las diferencias con un cerramiento de obra, pasamos a comentar la normativa que hay que seguir para llevar a cabo la construcción de un vallado de finca rústica.

¿Qué normativas debemos seguir?

Empecemos diciendo que la construcción o instalación de un vallado de finca rústica es un derecho amparado por el Art. 388 del Código civil español. Citando lo siguiente: “todo propietario podrá cerrar o cercar sus heredades por medio de paredes, zanjas, setos vivos o muertos, o de cualquiera otro modo, sin perjuicio de las servidumbres constituidas sobre las mismas”.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la mayoría de casos la normativa y reglamentación de construcción de este tipo de cercados, depende de la legislación de la comunidad autónoma y municipio y/o ayuntamiento donde se vaya a realizar la construcción, como por ejemplo la normativa específica de la comunidad autónoma de Cataluña recogida en el Artículo 555-8. (libro quinto del Código Civil de Cataluña). Consulta con las autoridades locales para obtener toda la información precisa sobre el proceso y los requisitos legales en tu zona.

Una de las primeras cosas a tener en cuenta es solicitar la licencia urbanística al Ayuntamiento o municipio, acompañada de un documento donde se describa y se defina el cerramiento que se va a efectuar. Esta licencia, es imprescindible para llevar a cabo cualquier modificación o construcción en el terreno.

Por lo general, para este tipo de cercado, se necesita un permiso de obra menor. Este se debe solicitar en el ayuntamiento de la localidad. Este permiso garantiza que la cerca se ajuste a las normativas municipales y rurales particulares, que pueden diferir notablemente entre diversas localidades.

Por otro lado, hay que realizar un estudio topográfico previo para la delimitación de la parcela, finca.  De esta manera evitaremos conflictos con los vecinos o propietarios de las tierras y fincas colindantes.

Finalmente, antes del inicio de la construcción, es necesario considerar dos aspectos diferentes. El entorno natural donde se coloca el vallado, debe respetarse las Normas legales de aplicación directa mencionadas en el art. El artículo 20.2 del Real Decreto Legislativo 7/2015, del 30 de octubre, que aprueba el texto consolidado de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana, estipula en su artículo. 20.2, de acuerdo con lo cual:

«2. Las instalaciones, construcciones y edificaciones habrán de adaptarse, en lo básico, al ambiente en que estuvieran situadas, y a tal efecto, en los lugares de paisaje abierto y natural, sea rural o marítimo, o en las perspectivas que ofrezcan los conjuntos urbanos de características histórico-artísticas, típicos o tradicionales, y en las inmediaciones de las carreteras y caminos de trayecto pintoresco, no se permitirá que la situación, masa, altura de los edificios, muros y cierres, o la instalación de otros elementos, limite el campo visual para contemplar las bellezas naturales, rompa la armonía del paisaje o desfigure la perspectiva propia del mismo.»

Valla de finca rústica de arbustos naturales.

Así como, también hay que tener en cuenta, las condiciones de visibilidad y seguridad vial, o que obstaculice el mantenimiento y conservación de la red estatal de caminos y vías. Los vallados de finca rústica han de mantener distancias diferentes con las vías públicas dependiendo de que tipo de camino se trate:

  1. En el caso de autopistas y autovías hablamos de una distancia mínima de 8 metros.
  2. En carreteras convencionales y de la red comarcal la distancia no debe de ser inferior a los 3 metros.
  3. En carreteras de red local distancia mínima permitida será de 2 metros.
  4. Por último, 1 metro de distancia en caminos convencionales.

Hay que tener siempre presente que cada comunidad autónoma puede tener diferentes distancias permitidas y recomendamos consultar con el ayuntamiento antes de empezar con el proyecto.

Normalmente, la mayoría de municipios establecen que el vallado debe alejarse al menos 1,5 metros de los márgenes de arroyos y corrientes de agua.

El cumplimiento de estas distancias es crucial para evitar multas al vallar terreno rústico.

Conclusiones

Al final del día, nos damos cuenta de que vallar una finca rústica no es simplemente “poner una valla”. Es una mezcla de funcionalidad, estética y responsabilidad legal que debe tomarse en serio. Ya sea para proteger tus cultivos, delimitar tu terreno o mantener a salvo tus animales, elegir los materiales adecuados y respetar el entorno es clave para que el resultado sea práctico y armonioso.

Además, no te saltes el paso de consultar las normativas locales. Aunque pueda parecer un dolor de cabeza al principio, es la mejor manera de evitar sanciones y problemas con los vecinos o autoridades. ¿La clave? Planifica bien, pregunta todo lo necesario y prioriza siempre la integración con el paisaje. Si haces todo con cuidado, tu finca no solo estará protegida, sino que también reflejará ese equilibrio entre lo rústico y lo funcional que hace que valga la pena invertir en ella.

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