Cuando se levanta una obra —ya sea un rascacielos, una carretera o una simple reforma urbana—, la seguridad es el hilo invisible que sostiene todo el proceso. No solo hablamos de proteger a los trabajadores dentro de la obra, sino también a peatones, conductores y vecinos que circulan alrededor. Y aquí aparece una pregunta clave: ¿quién es realmente responsable de la seguridad perimetral en una obra?
La respuesta no es tan simple como señalar con el dedo. La seguridad es un engranaje donde participan varios actores: promotor, contratista, coordinador de seguridad y salud, e incluso la propia administración pública. Cada uno tiene deberes que, al sumarse, garantizan que el perímetro de la obra esté correctamente protegido.
En una metrópolis como Barcelona, donde las obras conviven con zonas residenciales y espacios públicos, la seguridad perimetral adquiere aún más importancia. No solo se trata de prevenir accidentes, sino también de evitar situaciones de ocupación indebida o actos de vandalismo que pueden comprometer tanto la seguridad como la imagen de la empresa constructora.
Vamos a desglosarlo con detalle.
En España, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995) y el Real Decreto 1627/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad en obras de construcción, establecen que el promotor y los contratistas deben garantizar la seguridad de la obra, incluyendo su perímetro exterior.
Esto significa que la seguridad perimetral no es un añadido opcional: es parte de las obligaciones legales y puede derivar en sanciones e incluso responsabilidades penales si se incumple.
El promotor (quien encarga la obra) tiene la obligación de velar porque el proyecto cuente con medidas de seguridad adecuadas desde el inicio.
En pocas palabras, el promotor pone las reglas del juego y debe garantizar que se cumplen.
Si el promotor “pone la partitura”, el contratista es quien la interpreta en la obra. Es el encargado de instalar los vallados, las señalizaciones y cualquier medida de seguridad perimetral necesaria.
Sus obligaciones incluyen:
Asimismo, debe prever medidas que disuadan posibles actos de vandalismo o intentos de ocupación en los espacios de obra, especialmente durante las noches o periodos de inactividad, algo cada vez más frecuente en entornos urbanos.
Si hay varios contratistas, cada uno responde de su ámbito, aunque siempre bajo la coordinación general.
El coordinador de seguridad y salud es una figura clave en obras de cierta envergadura. Su papel es velar por que todos los agentes implicados cumplan la normativa.
En cuanto a la seguridad perimetral, su función es:
En muchas obras urbanas —como ocurre en Barcelona—, el coordinador también debe tener en cuenta factores externos, como el riesgo de vandalismo o la ocupación “temporal” de zonas de obra por parte de terceros, que pueden alterar la planificación y la seguridad del entorno.
Según la normativa vigente en relación con la prevención de riesgos laborales en España, es obligatorio nombrar un coordinador en casos concretos, de acuerdo al Real Decreto 1627/1997, donde se establecen los requisitos indispensables de seguridad en la construcción.
Estos son los casos en que se debe nombrar a un coordinador de seguridad y salud en la obra:
En estas situaciones, se necesita asignar un coordinador de salud y seguridad que supervise el cumplimiento de las medidas preventivas para los riesgos laborales en la obra y también coordine las acciones de los distintos agentes involucrados en términos de seguridad y salud.
En caso de que no se nombre ningún coordinador de seguridad, puede dar lugar a sanciones por parte de las autoridades. Además de poner en riesgo la seguridad de la obra, los trabajadores y los transeúntes.
Es esencial, por lo tanto, nombrar a un coordinador de seguridad y salud cuando sea necesario para asegurar que se cumplan las regulaciones y salvaguardar la salud y la seguridad en el entorno laboral.
Aquí te presentamos algunas de las principales funciones del coordinador de seguridad y salud.
La seguridad perimetral en una obra no es responsabilidad de un único actor, sino el resultado de una cadena de obligaciones compartidas. El promotor establece las bases legales y técnicas, el contratista ejecuta y mantiene las medidas en el día a día, y el coordinador de seguridad y salud actúa como garante de que todo se cumpla según la normativa. Esta colaboración, reforzada por la supervisión de la administración pública, es lo que asegura que trabajadores y ciudadanos estén protegidos frente a los riesgos de una construcción. Estos riesgos no se limitan a caídas o golpes; también incluyen amenazas externas como la ocupación o el vandalismo, que el responsable de la seguridad perimetral debe prever y gestionar adecuadamente. En ciudades dinámicas como Barcelona, este enfoque integral es esencial para garantizar obras seguras, ordenadas y respetuosas con el entorno urbano. En definitiva, más que una obligación legal, la seguridad perimetral es un compromiso colectivo con la prevención, la responsabilidad y la protección de la vida.