La lona traslúcida permite el paso de luz, lo que la hace ideal para aplicaciones donde se desea iluminar naturalmente el espacio cubierto, como en fachadas de edificios en renovación. En cambio, la lona blackout es completamente opaca, proporcionando privacidad total y siendo perfecta para ocultar áreas en construcción o para uso en escenarios donde no se desea que la luz traspase.